Lili's Inkwell

Cuando la inspiración no llega: escribir en días grises

By Lili’s Inkwell Team  on 09 de octubre de 2025

Hay días en los que las palabras simplemente no aparecen. No importa cuántas veces abras el cuaderno, o cuántas pestañas nuevas abras en el procesador de texto. Nada suena auténtico. Nada parece necesario. Nada fluye.

Y sin embargo, escribes.

Tal vez no lo que esperabas escribir. Tal vez solo una línea. Tal vez un intento torpe. Pero escribes.


No todas las páginas nacen con claridad

La idea de que un escritor necesita estar “inspirado” para crear ha hecho más daño del que parece. Porque no solo pone la vara en un lugar inalcanzable, sino que también devalúa el esfuerzo de los días comunes, de la tenacidad. Los días en los que no hay una musa susurrando, pero igual te sientas y haces el trabajo.

La inspiración puede ser un fogonazo. Pero también puede ser una ausencia. Y en esa ausencia, se aprende otra cosa: disciplina, escucha, ritmo interno.


Escribir no siempre se siente como escribir

Hay quienes dicen que escribir es como abrirse el pecho y volcar el alma. A veces sí. Otras veces, no tanto.

Hay días en los que escribir se parece más a ordenar una lista de pendientes. A limpiar una frase mal hecha. A mirar una oración y cambiarle dos palabras. O simplemente a volver a leer lo que ya escribiste, sin agregar nada nuevo.

Eso también es escribir.

No todo lo que escribimos será memorable. No todo lo que escribimos será publicado. Pero incluso esas palabras descartadas forman parte del proceso.


Algunas estrategias reales para los días sin chispa

No vamos a ofrecer fórmulas mágicas. Pero sí podemos compartir recursos que han ayudado a muchas personas —incluidos nosotros— a atravesar los días grises con un poco más de ligereza:

  • Cambiar de formato: si escribir prosa no fluye, intenta una carta, un poema, una lista, un diálogo absurdo.

  • Limitar el tiempo: escribir durante 10 minutos cronometrados sin juicio, sin pausa.

  • Revisar lo viejo: volver a textos anteriores puede generar un hilo nuevo.

  • Observar sin producir: dejarse impregnar por una imagen, una canción, una conversación ajena.

  • Aceptar el silencio: no como castigo, sino como parte del ciclo creativo.

A veces, lo único necesario es mantenerse cerca de las palabras, aunque no se logre hacerlas bailar.


El texto no tiene prisa

No subestimes esos textos que nacen en medio del cansancio o la duda. Son los que enseñan disciplina. Los que entrenan la paciencia. Los que, a la larga, sostienen un proyecto más que las páginas escritas en momentos de euforia.

Un libro no se escribe solo con inspiración. Se escribe con perseverancia. Y cada vez que te sientas frente a la página, incluso sin saber qué decir, estás construyendo el hábito que hará posible terminarlo.


Este blog no está hecho para hablar desde la inspiración idealizada. Está hecho para hablar desde la realidad del día a día.

Y ese oficio también incluye escribir sin inspiración. También incluye sostener el proceso en días cansados, en semanas complejas, en momentos de duda.

Porque escribir no siempre es un momento sublime. A veces, simplemente, es una forma de seguir.

Si hoy no te salió nada brillante, si tu página se llenó de tachones, si tu texto te parece insípido… no estás solo.

Eso también es escribir.

Gracias por estar aquí.